los grandes arquitectos medievales
cuando hacìan sus grandiosas càtedras y catedrales
se guardaban de pasar al anonimato
como si se tratara de una gigantesca obra colectiva
y no de un pequeño poema individual
conscientes de esa summa teòrica
digna de un Santo Tomàs de Aquino
el nunca bien ponderado Aquinate
deslizaban sabidurìa al pasar
como buenos doctores doctos en picapiedras
preciosas piedras
grandes rocas pulidas
grandes vidrieras coloreadas
que no hacìan otra cosa que inmaterializar la materia
como si dicha catedral gòtica
flotara en el aire
dando esa sensaciòn de inmaterialidad
mientras las mujeres danzaban en ronda
esbeltas y delgadas casi famèlicas tuberculosas
sobre la puntita de los pies
de esta y no de otra forma
los grandes arquitectos medievales y egipcios
supieron levantar los grandes o pequeños monumentos humanos
para celebraciòn y homenaje
de los venideros siglos
los siglos porvenir
el hombre es el porvenir del hombre
el hombre da testimonio
del hombre
asì y no de otra manera
se cumplen las grandes profecìas de mi madre anciana
al ritmo de la singer cantante
al ritmo de las hojas del otoño
que caen como silencios blancos
al ritmo de mi pobre padre enfermo y ya viudo
y al compàs del chicle que masca
el bailarìn de tango
mientras baila con su gran yegua imaginaria
entre sus brazos
su gran potra invisible
durante un tiempo,
las grandes lecturas de Sade
durante el crudo invierno porteñero
me reconciliaron con el universo
al igual que los estudios y nocturnos de Chopin
parecìan redimirme
de la estupidez universal
pero què es la estupidez
en què consiste la inteligencia
con què se come eso?
he ahì la pregunta del millòn
digna de un Platòn
o un Sòcrates redivivo: no me
refiero al jugador de football brazuca
que hacìa goles que daba miedo, calambres
como si fuera la cosa màs fàcil del mundo
a pesar de una leve renguera
pero no nos vayamos por las ramas, volvamos
al tema que nos convoca: la historia de la arquitectura
durante las grandes pandemias
me dedicaba a dar clases virtuales
me la rebuscaba con pequeños fraudes
no contemplados por la Ley
como delito
(ni siquiera como infracciòn):
hacer examenes
mùltiples choice
y toda clase de imposturas màs o menos incorrectas
pequeñas microestafas
y cosas por el estilo
algunos se daban por aludidos, no les gustaba nada dicho asunto: me
gritaban por telèfono
llamaban a la policìa
o me gritaban a travès de la ventana
mientras, en el balcòn
yo me dedicaba a regar las plantas
durante las tardes
bajo el tibio sol del invierno
mientras sonaba Corelli
esto no era todo: cada 2 x 3
caìa en la trampa del celular:
pàginas eròticas
pàginas de hàbiles putas sabrosas
avisos clasificados
chats
todo sagazmente coordinado
por mentes informàticas
mediante hàbiles algoritmos y crepùsculos
mediante hàbiles algoritmos
las damiselas me sonsacaban hasta el ùltimo centavo
complotadas y conspirando mediante susurros al oìdo
de sus secuaces adlàteres: narcotraficantes, ladrones y toda clase de
otros hampones:
por suerte, yo era un experimentado lector
un tanto maniàtico de
novelas pseudo policìacas
poemas varios
prosa poètica
poemas en prosa
poesìa pura
sonetos y haikus diversos
ensayos literarios y cientìficos
de toda laya y plumaje
me entregaba por las noches por entero
a la pràctica de la lectura automàtica
o raudamente me dirigìa a una torre justo acà a la vuelta
donde me entregaba a toda clase de actividades
vagamente sadomasoquistas: mientras una
escort me masturbaba
la otra procedìa a sorber tè con limòn
munida de anteojos de sol
y grandes botas merced a las cuales la llamaban
el gato con botas
o
gato encerrado
gato montès
el gatopardo
esto no es todo: concurrìa elegantemente ataviado
al cafè de la esquina
a los efectos que las bellas me contemplaban:
no pasaba absolutamente nada
las ladies ni se dignaban admirarme
ni de casualidad, desviaban la mirada al verme
o incluso parecìan hacer como gestos de asco
fruncìan el ceño
me cortaban el rostro
bàsicamente
indudablemente
ya habìa pasado
mi cuarto de hora
mi divina juventud
a resignarse entonces
condenado a la lectura de extensos libracos amarillentos
exiliado de la belleza
yo, que "adoro la hermosura"
Machado dixit
por otra parte, tambièn solìa dirigirme por las mañanas
en mis ratos libres
a la plaza màs cercana
para hacer footing
o como diablos se llame
atletismo gimnasia flexiones etc.
bajo el sol del invierno
bajo la llovizna la garùa
o la lluvia de hojas en diagonal
del otoño ...
"Amaneciò la calle toda dorada, el viento" etc. solìa recitar como un
condenado a mis alumnos por las mañanas del invierno
mientras ellas bostezaban cordialmente ...
escribìa mis poemas
en el vidrio empañado de la ventana ...
a travès del cual miraba la calle bulliciosa
y a las damas que pasaban ...
adoro la hermosura etc.